Los baños suelen ocupar el 5 % de la superficie de las instalaciones y contienen el 20 % de la suciedad pero son el origen de más del 80 % de las reclamaciones de mantenimiento.
Un baño con aspecto limpio es un factor decisivo en la imagen y la reputación de su instalación. Un baño sanitario es esencial para la salud y el bienestar de todos los que lo visitan. Por su diseño y función, muchas superficies del baño acumulan suciedad y gérmenes que se deben controlar. Debido a la diversidad de superficies, la variedad de suciedad que se encuentre y los niveles de limpieza que se deben lograr, necesita un programa de mantenimiento que comprenda varios métodos de limpieza distintos.
Un baño puede parecer limpio y seguir albergando gérmenes nocivos. Su programa de limpieza necesita controlar estos gérmenes antes de que puedan hacer daño al usuario, o antes de que se puedan transportar fuera de las paredes del baño. Necesita tener las herramientas adecuadas para el trabajo; los limpiadores de baños tienen muchas fórmulas y están diseñados para adaptarse a la superficie que se va a limpiar y a la aplicación.
Los productos habituales de baño incluyen:
- Limpiadores de uso general
- Limpiadores desinfectantes
- Limpiadores de inodoro
- Limpiacristales
- Limpiadores de suelo
- Limpiadores especiales, como eliminadores de cal y sarro.
Es importante hacer las cosas de la manera correcta; estos productos formulados minuciosamente tienen un efecto potente solamente cuando se utilizan en la concentración adecuada, sobre las superficies adecuadas y combinados con el protocolo adecuado. Para conseguir un baño sano e higiénico se necesita algo más que limpiar. Un baño sano e higiénico también es un baño en el que la fontanería funciona, los accesorios son eficientes y se reponen los dispensadores y las máquinas de vending. Una lista de comprobación de calidad le ayudará a darse cuenta de que su baño cumple los estándares elevados que desea para proteger sus instalaciones.
Con los productos químicos no se juega. La combinación de productos químicos que contienen lejía, por ejemplo, con otros productos de limpieza puede generar gases nocivos de cloro. Familiarícese con las instrucciones de un producto y con la ficha técnica de seguridad antes de su uso. Siga estas instrucciones y haga caso a las advertencias.
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